Cuando un sudoroso Eddie -literalmente metido en la nevera- le dice que está demasiado acalorado para follar, Evan responde cogiendo una bandeja de cubitos de hielo para metérselos dentro del calzoncillo, arrodillándose para mamar la palpitante polla del dotado semental.
Eddie le devuelve el favor pasando uno de esos cubitos de hielo por toda la raja del culo de Evan y alrededor de su ojete antes de lamerlo con su lengua caliente y de follárselo a pelo con su enorme y dura verga.
Después de trasladarse a la sala de estar, Eddie continúa empotrando y rellenando el culo de Evan en varias posturas hasta que ya no aguanta más y saca su pollón para rociar de semen todo el cuerpo desnudo del ansioso pasivo.
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