Cuesta de creer lo dura que está la polla de Adriano desde el principio de esta escena. Al parecer, saber que el guapo y dotadísimo Marco lo iba a empotrar fue suficiente para ponerle así y estaba deseando experimentar lo que sentiría cuando tuviese dentro su polla.
Incluso de rodillas, mamando la polla de Marco y dejando que le folle la garganta, la verga de Adriano está dura como una roca y apuntando al cielo.
En el estudio apostaban que esta iba a ser una escena para recordar sin juntaban a estos dos fogosos y jóvenes chulazos. Tienen mucho en común: enormes rabos, físicos musculosos, además de ser altos, morenos y guapos, pero fue lo completamente compenetrados que estaban en el sexo lo que realmente llama la atención.
Marco y Adriano pueden ser un poco reservados al principio, pero en cuanto sus pollas se ponen tiesas y húmedas, las increíbles sensaciones que experimentan toman el control y ya no hay quien les pare. ¡Estában preparados para algo salvaje!
Y un polvazo salvaje es precisamente lo que se ofrecen el uno al otro aquí cuando Marco clava su gruesa polla dentro del culo de Adriano hasta las pelotas y le embiste incansablemente ese estrecho ojete hasta que estos dos sementales se corren explosivamente. Adriano lo hace dentro de la boca hambrienta de Marco, que se traga hasta la última gota y este lo hace sobre los marcados abdominales de Adriano.
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