El Doctor Brogan está en su despacho del hospital cuando su novio Zario se deja caer por allí para hacerle una visita.
A Brogan le encanta que haya venido porque no han tenido ocasión de verse demasiado recientemente debido a sus respectivas ocupaciones y su relación se ha resentido, pero afortunadamente para ellos, Zario ha decidido pasarse por el hospital en la pausa para el almuerzo y tiene la intención de tomarse libre el resto del día… lo cual significa, que finalmente van a poder tener un buen rato para ellos.
Tantos días anhelando estar juntos se convierte en su prioridad y antes de que puedan darse cuenta se dejan llevar por sus las más sensuales caricias, besándose como dos enamorados.
Y una vez que se han desprendido de toda la ropa y se rinden por completo a su pasión es obvio que su relación va por el buen camino para recuperar su perfecto estado de salud.
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