Una vez más, Marcus es el anfitrión perfecto y esta vez le da la bienvenida a Montreal a Trevor con un polvo apasionado.
Simplemente sentados, el uno en los brazos del otro, a los dos se les pone la polla dura y empiezan a besarse afectuosamente, explorando mutuamente sus irresistibles cuerpos.
Todo ello deja entrever la energía sexual que desprenden y que brota desde el momento en que se maman las pollas y se lamen los ojetes el uno al otro con el mismo gozo.
Trevor prácticamente se queda sin palabras con esa lengua dentro de su ojete, pero no hace falta que diga nada, porque Marcus sabe lo que quiere: que se lo folle, así que introduce su gruesa polla dentro de ese culo para embestirle y abrirlo por completo.
Cuando lleva un rato follándoselo, Trevor se sienta encima de la polla de Marcus demostrándole que puede aguantar sus potentes embestidas, sean por detrás o desde abajo.
Eso lleva a Marcus a cambiar de postura, desmontándolo para tumbarle de espaldas, seguir empotrándole de frente y mamar su polla sin sacarle la polla de su culo.
Trevor no tarda mucho en correrse y cuando lo hace Marcus, glasea su ojete con el semen suficiente para cubrir una docena de donuts. ¡Delicioso!
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