Después de que Michael, la cita de su compañero de piso, le mamase la polla en la cocina, Dom todavía está empalmado… Y escucharlos follar en la habitación de al lado le pone aún más cachondo.
Dispuesto a solucionarlo, saca su bomba para el pene de la mesita y desliza toda su verga dentro, manejando la presión con una mano y tirando de sus pelotas con la otra, sintiendo la placentera sensación. Pero no va a estar solo por mucho tiempo...
Viendo que su ligue se ha quedado dormido después de echar un polvo, Michael aparece en la habitación de Dom con ganas de volver a catar esa polla. ¡Y Dom le invita a montarla!
Michael cabalga sobre la larga y dura polla de Dom, empalando su insaciable culo desde abajo y también de lado sobre la cama, animándole a que vuelva a mamársela como ya hizo en la cocina.
Dom le devuelve el favor devorando su palpitante ojete y le empotra a cuatro patas, embistiéndole con todas sus fuerzas por detrás y en la postura del misionero hasta que le hace llegar al orgasmo.
Ansioso por probar el semen caliente de Dom, Michael salta de la cama y se arrodilla para recibirlo en toda su cara y en la boca…
Algo que no le hace ninguna gracia a su compañero de piso, harto de que siempre haga lo mismo con sus citas.
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