Cinco años después de abandonar su hogar en el campo sin un adiós, Tim ha regresado finalmente... pero no va a ser aceptado tan fácilmente en el rancho solo porque se haya vuelto a poner el sombrero de cowboy.
Puede que su madre le haya perdonado, pero su hermano Dom sigue dolido por lo que les hizo así que Tim se quita el traje y la corbata para ponerse de nuevo camiseta, tejanos y botas, dar de comer a los caballos y reconectar con todo aquello que abandonó.
El regreso parece hacerse más fácil cuando se cruza en los establos con uno de los capataces, el fornido y peludo Chuck, con el que flirtea descaradamente y le convence para que se tome un descanso.
Después de que Tim le haya mamado la polla, Chuck se lo folla por detrás sobre uno de los fardos de heno apilados fuera.
Rememorando su juventud a lomos de un caballo, Tim cabalga sobre la verga de Chuck como un experto jinete antes de ser desmontado por el capataz para follárselo tumbado de espaldas sobre el mismo fardo, gruñendo como un animal mientras le embiste profundamente.
Tim vuelve a cabalgar montado sobre el capataz, corriéndose en la mano con ese enorme rabo dentro de su culo y catando su propia corrida.
"¡Dame toda tu leche!" le pide Tim, arrodillándose en el suelo embarrado para recibir la corrida de Chuck en la cara sin darse cuenta de que su hermano lo ha visto todo...
CONTINUARÁ
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