“¡Que bien se está aquí dentro!” exclama Robbie dentro de la sauna que comparte con Kieran tras su entrenamiento en el gimnasio.
Los dos tienen una animada charla sobre sus rutinas de ejercicio, pero Kieran se distrae del tema cuando ve el pollón de Robbie asomando por debajo de la toalla… ¡Menudo rabo!
Adivinando sus lujuriosos pensamientos, Robbie le dice que se lo mame y Kieran no duda un segundo, arrodillándose para rodearlo con sus labios antes de que el activo se ponga detrás suyo para lamerle el ojete.
Kieran toma asiento sobre la enorme y dura polla de Robbie para cabalgar un buen rato sobre ella, trotando entre gemidos de placer, sintiendo cada centímetro saliendo de su culo para volver a empalarlo a fondo hasta las pelotas.
Una vez desmontado Robbie se lo sigue follando tumbado de espaldas y a cuatro patas sobre uno de los bancos de la sauna.
Completamente sudados por la elevada temperatura y por el esfuerzo que han hecho, los dos chulazos se sientan el uno al lado del otro para masturbarse hasta correrse.
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