Mientras un montón de chulazos están en la piscina disfrutando de la fiesta, Alfonso está dentro de la casa disfrutando de cada centímetro del enorme rabo de Swhirly.
Cuando les ven, el musculoso niñato Jake primero, y el dotado Roxas poco después, no quieren perdérselo y se unen a ellos para iniciar un cuarteto que tienen a Alfonso y a Jake como los pasivos dispuestos para ser empotrados por dos de las pollas más grandes que jamás hayan visto.
Con la fiesta en su mejor momento al otro lado de la pared, Swhirly y Roxas se turnan para bombear con sus pollones XXL los redondeados y firmes culazos de sus insaciables amigos, follándoselos por todo el colchón hasta que ya no pueden más y tienen que sacar esas pollas de los estrechos ojetes para vaciar sus cargadas pelotas.
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