Solo en la oficina, pasado su horario de trabajo y más caliente que la torre del ordenador en el que disfruta de un video porno, Finn es pillado pajeándose por el fogoso mensajero Theo, que le trae un paquete.
De todas formas, el único paquete que le interesa a Finn es el que Theo marca en su pantalón y lo mismo ocurre con el mensajero, porque cada vez que parpadean ven al otro con una pieza de ropa menos sobre sus cuerpos.
Completamente desnudos y con las mismas ganas de follar, Theo se da la vuelta para que Finn le empotre por detrás contra la pared.
Sentado en el sofá, Theo mama el pollón sin circuncidar de Finn y cuando se lo ha puesto duro como una piedra se deja follar por él en su silla de trabajo, mirándose cara a cara.
De vuelta al sofá, Theo se sienta sobre la verga de Finn para cabalgarla incansablemente de frente y de espaldas, masturbándose entre gemidos de placer, sintiendo como esa larga polla alcanza su punto más placentero y le hace correrse sin manos, salpicando todo el suelo.
Finn todavía le embiste más rápido desde abajo, hasta que le empuja para tirarle al suelo a cuatro patas y correrse, cubriéndole el culo con chorros de semen caliente.
Parece que esa es la firma que necesitaba para completar su trabajo... “paquete entregado”.
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