Aiden estaba deseando montar una fiesta de pijamas con su padrastro Teddy, así que le pide ayuda para levantar un fuerte.
Los dos se acurrucan y comparten historias de terror, como la del fantasma que le baja los pantalones a Aiden...
Con ese suave culito al aire, Teddy no puede resistirse y escupe en el estrecho ojete para lubricarlo y lamerlo.
Los gritos de Aiden a partir de ese momento ya no tienen que ver con las historias de fantasmas, es que disfruta del sexo a pelo con su fornido y peludo padrastro como nunca antes.
Un buen vaso de leche antes de echarse a dormir y Aiden puede cerrar los ojos para tener los sueños más... húmedos, con papaito.
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