Michael y el musculoso Dom se comen la boca vorazmente en el salón, metiéndose mano y dejando muy claro la lujuria y el deseo sexual que sienten el uno por el otro.
Michael no tarda en caer de rodillas para meter la nariz en el paquete que se marca en los tejanos de Dom y se los baja para mamar su larga y venosa polla, lamiendo también sus pelotas.
Impaciente, Dom tampoco puede aguantar más y pone a Michael a cuatro patas en el sofá para devorar su ojete, penetrándolo con sus dedos y provocando al pasivo susurrándole cochinadas.
El culazo de Michael necesita abrirse un poco más cuando Dom desliza su gruesa polla en su interior, pero enseguida la tiene toda dentro.
Michael cabalga montado sobre Dom, incluso despatarrándose mientras sube y baja en esa verga con el activo cabeza abajo.
Finalmente, Dom le empotra tumbado de espaldas y ya no para de follarle a pelo hasta que los dos se han corrido, satisfaciendo su apetito sexual.
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