Matt le echa una mirada seductora a Bastian en cuanto entra en la cocina, con una sonrisa que deja muy claras sus intenciones, sus deseos y la necesidad imperiosa de sexo que se materializa en el paquete de sus tejanos.
El rubio no tarda en colocarse detrás suyo para besarle, masajeando los hombros y el pecho del guapo moreno.
Los fogosos chulazos se deshacen de toda la ropa para mamarse las pollas mutuamente, hasta que Bastian le da la vuelta a Matt para comerle el culo y follárselo por detrás.
Pero Matt también quiere follarse de la misma manera a Bastian y convierten su encuentro en la cocina en una follada por turnos.
En busca de mayor comodidad, los dos se trasladan al dormitorio, donde Matt cabalga montado sobre la verga de Bastian y vuelve a follarle en la postura del misionero hasta que los dos se corren.
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