Canyon acaba de mudarse a casa de su padrino, el musculoso Roman, y en su primera semana allí ya ha notado que ocurre algo extraño…
Y es que a Roman le gusta pasearse completamente desnudo por toda la casa - comprensible... ¿Quién no querría exhibir un cuerpo así?
Canyon no está seguro de que lo esté haciendo con la intención de provocarle y seducirle o si lo hace simplemente porque es un nudista convencido, así que decide hablarlo con él cara a cara y Roman le convence para que él también lo pruebe.
La tensión sexual que se enciende entre los nudistas es algo que Canyon no había sentido antes y finalmente ocurre lo inevitable: que los dos saborean sus duras pollas y lamen sus ojetes antes de follarse a pelo el uno al otro en el sofá.
Canyon se corre cabalgando sobre la gruesa y dura verga de su padrino y se tumba bocarriba para recibir todo el semen caliente de Roman sobre la cara y el cuello.
Jadeando satisfecho, Canyon reconoce las ventajas de ir desnudo por toda la casa y besa a su padrino nudista.
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