Hay que estar ciego para no darse cuenta de que Luke se vuelve loco por el policía Johnny, eso o es un inútil robando en las tiendas, porque una vez más le han pillado y está de vuelta en la comisaria para rendir cuentas ante su oficial favorito.
El policía le empuja contra la pared y le baja los pantalones para cachearle y hacerle un registro a fondo…tan a fondo que le mete los dedos por el culo.
El ladronzuelo, que ya iba preparado y en suspensorio, prácticamente suplica que busque más adentro, así que Johnny deja a Luke calentito y listo para follárselo a pelo sobre el sofá y encima de la mesa.
Pero eso no es todo, el policía le tiene preparado un gran final: un baño de semen caliente por todo su cuerpo.
¿Habrá aprendido Luke la lección o seguirá robando en las tiendas del barrio para que se la repita? Apostamos por lo segundo…
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