El italiano y seductor Giuspel está deseando conocer, dominar e introducir a Kay en el selecto grupo del que forma parte en el porno. Físicamente son completamente diferentes, pero tan chulazo el uno como el otro...
Cuando los dos hombres entran en la habitación muestran sus atributos, uno está completamente depilado, es musculoso y atractivo; el otro es peludo, viril y tan musculoso y atractivo como el otro.
Sin perder más tiempo, los besos apasionados entre Giuspel y Kay les llevan a desnudarse por completo y cuando sus poderosas vergas son liberadas se enzarzan en un duelo de “sables”.
A más de uno le gustaría estar en medio de esa lucha, pero es Kay el que cae de rodillas para tomar la rígida polla de Giuspel en su boca, agarrándole las pelotas con la mano para engullirla por completo hasta el fondo de su garganta.
La manera que Kay tiene de mamársela vuelve loco de deseo y placer a Giuspel, que no tarda en intercambiar posiciones para empezar a devorar la polla de Kay, dura como una roca.
Kay se tumba de espaldas para dejar que Giuspel demuestre su talento y le lleve donde el placer nunca termina.
Giuspel separa sus piernas completamente para clavar su lengua y darse un festín con el suave, rosáceo y dulce ojete de Kay. Su lengua entra y sale del estrecho ojete de Kay, haciendo que el deseo y la lujuria se disparen en el pasivo.
Levantándose del suelo, Giuspel empotra sin piedad a Kay, metiéndole la polla hasta las pelotas para perforar su canal del placer. Kay está tan cachondo y tan ansioso que no ofrece la menor resistencia y la follada a pelo del semental acelera el ritmo y la pasión.
Los chulazos cambian de postura y esta vez es Kay el que se pone a cuatro patas con su culazo musculoso en pompa, provocando a Giuspel, que responde inmediatamente clavando toda su verga hasta el fondo haciendo que Kay sienta el cosquilleo de su vello púbico acariciando sus nalgas.
Kay incluso anima a Giuspel para que siga follándoselo más fuerte y este responde sacando toda su polla de su culo para meterla de nuevo con fuerza y hasta el fondo, una y otra vez.
Otro cambio de postura y obtenemos una magnifica vista de esa ardiente verga italiana follándose el musculoso culo de lado. En esta postura, Kay y Giuspel pueden besarse y las embestidas se intensifican, aumentando la temperatura de toda la habitación.
Entregado al placer más absoluto, Giuspel sigue empotrando a Kay hasta regar su suave culo con una enorme corrida, blanca y espesa. Metiendo de nuevo su palpitante rabo en el culo de Kay, este tiene un intenso orgasmo y dispara una gran corrida en todo su muslazo.
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