Ha llegado la hora de la mudanza y Bruno tiene problemas para empaquetar todo lo que tiene en casa, son muchos años y muchos recuerdos, pero afortunadamente para él, Papi es todo un profesional de las mudanzas y va a echarle una mano.
Papi no pierde un minuto y empieza a llevarse las cajas al camión, pero cuando ve a Bruno mirando con tristeza una de las fotos decide distraerle quitándose la camiseta para exhibir su musculoso y tatuado torso.
Empalmado con esa visión, Bruno se quita toda la ropa y los dos empiezan a besarse en medio del salón.
Bruno cae de rodillas para mamar la polla de Papi, que no tarda en darle la vuelta para lamerle el ojete, metiéndole los dedos para ponerlo a punto y poder empotrarle por detrás.
Papi le mete toda la polla hasta las pelotas y le embiste hasta que Bruno se monta para cabalgar sobre esa erección en las escaleras.
Entre follada y mamada, Bruno y Papi usan las correas de la mudanza como un columpio sexual para que el fornido transportista se lo folle cara a cara, suspendido en el aire.
Siendo embestido por detrás, Bruno se corre salpicando todo el suelo del salón y recibe toda la corrida caliente de Papi sobre su espalda y su culo peludo, aunque no deja pasar la oportunidad de catar ese semen, arrodillándose para mamarle la polla de nuevo.
En apenas unos minutos los recuerdos de Bruno han quedado atrás y todas las cajas están listas para mudarse a su nueva casa...
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