Después de haber visto como Eddie era capaz de follarse a sí mismo con su polla, Greyson está decidido a probar ese grueso rabo en su ojete.
Los dos intercambian apenas unas palabras antes de que Greyson esté cabalgando sobre el pollón de Eddie, que lo agarra entre sus brazos sin sacárselo del culo para seguir follándoselo a pelo sobre el sofá de cuero.
A medida que las cosas se van animando y los dos acaban sudando por el esfuerzo, la polla de Eddie pasa del culo a la boca de Greyson después de que el dotadísimo activo cate el sabor del ojete que acaba de follar.
Al final, Greyson acaba tumbado de espaldas, chorreando semen caliente por los cuatro costados.
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