El peludo y fornido Nik se esfuerza al máximo en el gimnasio cada día sabiendo que está esculpiendo su cuerpo para Jeffrey, el hombre que ama. Cada repetición y cada gota de sudor son el testamento de la devoción que siente por él, esa admiración que Jeffrey siente por él es la que le motiva.
A pesar de la atención que Nik recibe por su impresionante físico, su corazón solo pertenece a Jeffrey -igual que su culazo firme y redondeado, el estrechísimo ojete que se oculta entre esas nalgas peludas y su polla sin circuncidar.
Cuando Jeffrey y Nick están solos no existe nadie más para ellos. Es esa clase de pura pasión la que lleva a escenas como esta, en la que Jeffrey llega a casa después de un duro día de trabajo y se encuentra a Nik en la cocina.
Ver a su hombre, tan fuerte y atractivo, esperándole allí hace que se le ponga dura en ese mismo instante y solo quiere aliviar toda esa tensión en el culo de Nik.
Hasta que conoció a Jeffrey, Nik casi nunca había dejado que se lo follasen, era un completo activo, pero ahora está encantado de entregarle el ojete a su hombre para que lo empotre a fondo e incluso se corra dentro.
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