Los portugueses Lobo y Peter se han convertido en dos de las más deseadas estrellas del porno gay y coinciden en el ascensor cuando se dirigen al mismo casting.
A pesar de su experiencia ante las cámaras, Lobo está un poco nervioso y Peter le tranquiliza, pero cuando llegan al estudio parece ser que no hay nadie allí, así que siguiendo las indicaciones de su representante se queda esperando que alguien acuda.
La química que ha surgido entre los dos peludos actores pronto los lleva a besarse en el sofá e incluso a quitarse la ropa el uno al otro para liberar sus duras pollas.
Como si las cámaras que les rodean ya estuviesen rodando, los dos sementales se maman las pollas el uno al otro y Peter lame el ojete peludo de Lobo antes de follárselo a cuatro patas.
Ya sin muestras de nerviosismo y tremendamente excitado, el pasivo cabalga montado sobre el enorme rabo de Peter, pero llega al orgasmo tumbado de espaldas, recibiendo las más profundas embestidas.
El semen caliente cubre los abdominales peludos de Lobo y un satisfecho Peter saca el pollón de su palpitante ojete para correrse sobre la cara de su compañero.
De nuevo vestidos, sigue sin aparecer nadie por allí, pero la llamada del representante de Peter les hará descubrir que se han equivocado de planta y les esperan en el piso de abajo.
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