Cuando el peso del mundo sobre sus hombros le resulta insoportable, Aaron hace una visita a Tony, un terapeuta que puede ayudarle con sus emociones reprimidas.
Tony quiere profundizar más en la frustración sexual de su paciente, ya que cree que esa es la raíz de sus problemas, así que Aaron deja que Tony explore su cuerpo, tocándose el paquete el uno al otro y mamando sus pollas, algo que Aaron encuentra liberador.
Aaron deja caer todas las barreras y completamente desinhibido siente un enorme alivio cuando su estrecho ojete es empotrado por la enorme polla de Tony, que vacía sus pelotas dentro del culo de su paciente.
Su enorme corrida es el signo más evidente de que Tony tenía razón y al final de la sesión Aaron se siente un hombre nuevo, impaciente por repetir la terapia con Tony una vez por semana.
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