Kenzo y Benjamin son dos buenos amigos heterosexuales y están excitadísimos tras haberse hecho con unas gafas de realidad virtual. ¿Qué deberían hacer primero con ellas? ¿Probar algún videojuego en 3D? ¿Ver la última película de superhéroes? ¡Las posibilidades son muchas y las opciones ilimitadas!
Pero entonces a uno de ellos se le ocurre una idea de lo más interesante, la mejor manera de experimentar la inmersión completa en la realidad virtual es con algo de porno. Alta resolución, sonido envolvente, gráficos de primera categoría… Va a ser una experiencia única. Suficientemente tentados, Kenzo y Benjamin se ponen sus gafas VR para ver un video porno y antes de que puedan darse cuenta están empalmados y sus pollas duras como una roca. ¿Qué hacer ahora? ¿Masturbarse el uno junto al otro?
La respuesta es rápida, convencidos de que estaría bien que cada uno masturbase al otro para que la experiencia fuese más intensa. Además, consideran que eso no les hace gays, porque lo harán viendo a dos actrices porno a través de las gafas VR. Solo serían dos chicos hetero disfrutando uno al lado del otro. Ni más, ni menos.
Pero tras unos pocos minutos masturbándose el uno al otro, los colegas se preguntan si no sería mejor echar mano de algo más para convertir la experiencia virtual en… una realidad sexual.
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